Pinocho. El Musical.
PINOCHO, EL MUSICAL
Ir al teatro con peques siempre es toda una aventura. La sala rebosa de expectación y entusiasmo, una alegría de la que los mayores nos contagiamos rápidamente. Si encima la obra tiene un título popular, la ilusión es aún mayor. Y en el caso de esta versión de Pinocho en el Teatro Nuevo Alcalá no podía ser menos. Ya sólo lo bonita que es la sala te da alas para soñar y sentir que formas parte de algo importante.
La pequeña espectadora que me acompañaba en esta ocasión se consideraba muy «adulta» con sus nueve años para ver otro pinocho más. Pero le gustó. Mejor dicho, ¡le encantó! Showprime presenta una versión ingeniosa, ocurrente, divertida, moderna, igualitaria y muy entretenida.
El guion respeta la esencia del cuento tradicional, sin embargo a la madera del muñeco, y a toda la ambientación, le dan un tinte tecnológico sorprendente. Tiene escenas francamente divertidas, con carcajadas aseguradas para niños (incluidos pre adolescentes) y sus momentos de bromas exclusivas para adultos (que se agradecen).
El trabajo actoral es brutal. Lleva la batuta Sara Navacerrada en el papel de Cereza, la niña inventora que sería el personaje de Geppetto. Es, quizá, el que más engancha con el público chiquitín. Pinocho lo interpreta Ángel Martínez que hace un trabajo corporal como robot al que califico de sobresaliente. Pepito Grillo es Antonio Villa, quien se pasa media función dentro de un robot que sólo nos deja ver su cara. Y aun así consigue con su gran expresión facial y la modulación de su voz llenar el escenario. Completa el reparto Natalia Pascual que hace de Troyana («la mala») divina con una presencia escénica que quita el hipo y un vozarrón precioso.
Las canciones son muy entretenidas. Merece un destacado el número de la pastelería con el que mueres de risa. Y el número de final a cuatro voces que suena fantástico.
En definitiva, un musical que debes ver con peques y mayores, muy divertido e inclusivo, perfecto como plan para estas Navidades.
Autora: Flavia Scarpa.
