Gypsy viaja hasta Madrid para hacer crecer su leyenda -

Antonio Banderas trae uno de los mejores musicales de la historia a Madrid después de estrenar con éxito en Málaga esta historia ambientada en el nacimiento del vodevil de los años 20

Gypsy es la historia de Rose, la madre de una artista luchadora y ambiciosa que antepondrá su deseo de éxito a la felicidad de sus hijas. Marta Rivera encarna a esta intensa madre de manera magistral, ya que no solo se trata de un musical. Las emociones se sienten en cada una de sus decisiones, y el ansia de protagonismo del personaje invade a la actriz que brilla con su actuación. Sus hijas, Louise (Lydia Fairén) y June (Laia Prats) vivirán a la sombra de esta ambición hasta que June, la chica del pelo azul, decida abandonarla.

Herbie (Carlos Seguí), quien vive enamorado de esta madre luchadora, decide cumplirle sus sueños volviendo a su antiguo oficio de manager. Con su entrega y preocupación consiguen viajar por todo el país representando unas mediocres obras de vodevil.
El viaje toma un giro inesperado cuando Louise comienza a ayudar a unas bailarinas del mundo del burlesque. Descubrirá que ella no solo es parte de las ambiciones de su madre, demostrando todo lo que tiene que enseñar al mundo.

Basada libremente en las memorias de la artista de burlesque Gypsy Rose Lee, y adaptado en su momento por Arthur Laurents con un gran éxito en Estados Unidos, se muestra no solo como un musical. Sus diálogos se cargan de dramatismo, amor y humor. Uno de los puntos fuertes es el acompañamiento muy visible de la música de Jule Styne interpretada por la Orquesta Pop del Soho. Pero lo que sin duda marca la diferencia es, además de la actuación de su elenco principal, la presencia de grandes figuras del teatro como Carmen Conesa, Marta Valverde y Sonia Gascón entre tantas estrellas que llevan a Gypsy a presentarse como uno de los mejores musicales representados en nuestro país.

En cuanto a la estética, es sin duda brillante. El equipo de vestuario hace una gran ambientación y la iluminación es mágica, tanto en las sombras que crecen en la cortina llena de neones y marcos ensoñadores, como el propio escenario en movimiento que danza y se mimetiza con sus personajes.