Quintoelemento: Un restaurante muy TOP.

Fui a probar el menú degustación del restaurante Quintoelemento y la verdad es que me quedé fascinada desde el minuto uno por el trato recibido y por supuesto por la calidad de la materia prima. Insuperable.

Según llego hay servicio de aparcacoches gratuito; un plus super importante si vas a Madrid Central. Esa comodidad no tiene precio, dejar tu coche en la puerta y que según salgas te lo devuelvan es  simplemente maravilloso.

Tras dejar tu coche, te están esperando en la puerta…está en el lateral de Kapital (comparten edificio y al entrar te encontrarás la mítica K)… Ains qué recuerdos volver a Kapital, a su cúpula…no quiero ni recordar los años que hace de esto o quizás no quiera desvelar mi edad…

Te acompañan al ascensor, en la planta 6 hay una vinoteca y en la 7 está el restaurante. He de decir que era un día especial, romántico; una fecha señalada y quería algo diferente, fuera de lo normal, pero sobre todo sorprendente y tras ver fotos y reseñas en internet iba condicionada con que me iba a encantar. Pero en este caso la expectativa era mucho peor que la realidad, primera vez que me pasa en mi vida!! Al ver esas pantallas… todo decorado con un gusto exquisito y ya que dicen que la perfección no existe la deben de rozar en este lugar; Según entras se activan todos tus sentidos y no sabes donde mirar… todo te gusta te llama la atención porque es algo que se sale de lo común. Y desprende un halo de bienestar, lujo…

Así que dije Laura tira «pa’ lante» y déjate seducir por esta fantasía visual y deja que te deleiten con su menú degustación… con lo cual un camarero muy atento nos acompañó a la mesa. Y aquí es cuando comienza el espectáculo gastronómico y visual. Una bóveda impresionante con pantallas leds que se puede abrir para convertirse en terraza; que reproduce dependiendo del momento fuegos artificiales, estrellas, fuego, el espacio, incluso pueden felicitarte por tu cumpleaños en ellas.

Aparte de nuestras mesas con sillas cómodas y sofá tienen mesas bajas en sala, un reservado para 8 personas, algunas mesas altas; te puedes sentar en la barra central a tomar un cóctel o un vinito mientras esperas y al fondo una gran barra de sushi para 14 personas que está dedicada en exclusiva al Menú Omakame. Tiene una capacidad de 150 comensales por turno, que se dice rápido…

Nos sientan y se presenta el jefe de sala José Ponte e Irene, nuestra camarera, ambos nos explicarán y darán recomendaciones (a la hora de comer los platos) para que nuestra experiencia sea única y más especial. También estarán pendientes de que tu copa no esté vacía en ningún momento. Sobre ellos son geniales, atentos, muy serviciales y ante todo unos excepcionales profesionales.

Una vez creado el ambiente perfecto, la cúpula nos presenta un cielo estrellado en el cual te puedes perder, soñar o como hacían muchos fotografiar. Ya solo nos queda comer y beber y he destacar que la gastronomía llega a niveles muy elevados con Juan Suárez de Lezo en los fogones, chef que ha trabajado en España, Nueva York, Perú, China, Rusia y Brasil lo cual le hace mezclar los elementos en su justa medida y le dan la capacidad de juntar culturas y sabores a unos niveles insospechados. También contamos con Carlos Torrecillas como padre de la carta de vinos y con Rodolfo Pérez como agitador de cocteleras. Con estas premisas os cuento que comí y bebí.

Lo primero te preguntan sobre alergias, intolerancias… en la mesa de al lado uno de los comensales tenía una alergia y le recomendaron que platos pedir, incluso le hablaron de alergias cruzadas, algo que es la primera vez que veo a la hora de elegir, que me parece de vital importancia y como enfermera me encantó e hizo saltar mi radar y sí escuchar la conversación!! Pero solo lo de las intolerancias…

Una vez hecho el check list del paciente, digo del comensal (desactivando el modo enfermeril), comienza la fusión de sabores, mezclas como poco curiosas, difíciles de recrear, impensables que de primeras no se te habría ocurrido probar pero todo con un gusto exquisito y un maridaje perfecto; En nuestro caso Möet & Chandon, Alta Pavina y Alta Pavina Pinot Noir. Nos traen un aperitivo: pan brioche con toro, berenjena y trufa.

Mientras preparan tu menú, basándose en tus gustos y preferencias; yo tuve la oportunidad de probar las nuevas delicias del sushi; guntan de ostra con caviar,nigiri de salmón, guntan de salmón y atún, nigiri de toro y caviar, nigiri de wagyu con foie, guntan de tartar de salmón, daikon y huevas de trucha marinadas sin arroz. No sabría por cuál decantarme cada cual más exquisito, exclusivo, delicado, diferente, sutil, hasta ahora un concepto de sushi nada visto que va desde el tradicional al más arriesgado, con fusiones de alta cocina pero nada ostentosas. A estas alturas ya estamos bebiendo el vino blanco, Pavina Verdejo; nos traen para mí el plato más exquisito, tanto a nivel de sabor, presentación y buen gusto: Anatomía del atún,

aquí te traerán una vértebra de atún rellena de un exquisito tartar del mismo, pero no solo es eso, podrás probar las diferentes partes del atún, solo decir que tanto si te gusta el pescado como si no este te hará replantearte tus gustos y querer más y más porque es espectacular, suave en boca, elegante y sutil y de repente una explosión de sabor que activa todas tus papilas gustativas y es que hace magia en la cocina.

Pasamos al taco de berenjena con una curiosa tortita verde de lentejas de la india y arroz. Después una lubina con pak-choi crujiente de tapioca y caldo de pimiento rojo braseado el cual te sirven en la misma mesa. Y tras esto nos pasamos a la carne y obviamente al vino tinto, nos traen dumpling de ternera con mus de piparra, trompeta de la muerte y jugo de callos, este plato me sorprendió gratamente, era ligero, suave y con nada de grasa (y sí lleva jugo de callos)

Y ya solo nos falta el postre AGUA: ostra dulce con caviar de mango, simplemente una genialidad, dulce, pero a la vez tropical y refrescante, el caviar se hace paso en cada bocado ofreciéndote un toque cítrico y chispeante.

Aunque parezca mentira conseguí acabarme el menú degustación y con mi centro de saciedad diciendo para ya!! También bebí agua que os conozco y ya estáis pensando mal!! La experiencia fue tan grata, tan agradable que me podría haber quedado horas y horas allí! Y me habría encantado probar toda la carta (esto es cuestión de tiempo). Lo que os cuento solo es una mínima parte de lo que podéis experimentar. Han recibido el Premio Metrópoli por su diseño y como os he dicho, esa bóveda retráctil hará la maravilla de todos los comensales y no solo es eso, es el trato, la calidad, los detalles milimetrados, la vajilla, las copas, la cubertería, el ambiente… el conjunto de un todo que hará que te sientas especial y tu velada única y diferente. Te sentirás cuidado y mimado y ante todo muy TOP.

En definitiva Quintoelemento se convierte en uno de mis restaurantes preferidos, no solo por los manjares que pude probar si no por la experiencia que conlleva en sí. Así que ponte tus mejores galas (porque vas a querer hacerte mil fotos y salir estupend@) y reserva una mesa y sobre todo déjate llevar y sorprender…por cierto ya sabéis cuál es el quinto elemento?

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