«Mi Soledad tiene alas» para volar y caer


“Mi Soledad tiene alas” un título que podría ser perfectamente el de un libro, pero es el de la Ópera Prima de Mario Casas, quien da el salto de la actuación a la dirección con esta película protagonizada por su hermano Oscar Casas junto a Candela González y Farid Bechara. Este film es una producción de Nostromo Pictures con la participación de Netflix y la colaboración del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, distribuido por Warner Bros.
A mi juicio va a haber un antes y un después para este trío de actores, más aún si pensamos que Candela y Farid son debutantes. En cuanto a Oscar debo resaltar que me llamó mucho la atención la capacidad para expresar con su mirada los sentimientos y sensaciones que experimenta el personaje de Dan como el dolor, la pena y la ira. Hay muchos planos de detalle de los ojos y primerísimos primeros planos que acercan al espectador a esos intensos estados anímicos que vive ese joven.
En la película ocurren muchas cosas de esas que no deberían de ser reales sino más bien ficción, pero que son un reflejo lamentablemente de la sociedad. Hay violencia, drogas, delincuencia, hogares rotos, maltrato de padres a hijos, pero también hay solidaridad, deseos y sueños.
“Mi soledad tiene alas» fue rodada en Barcelona y Madrid en lugares tan reconocibles como “Madrid Río” con sus chorros de agua y las calles de Lavapiés donde a ratos Dan y Vio (Candela) son muy felices o muy infelices, y es que al final la vida se compone de pequeños momentos, por eso creo que hay que vivir a plenitud el presente cada día porque no sabemos cuándo será el fin. A este dúo juvenil se le suma Reno (Farid) para completar la pequeña banda que perpetra robos a joyerías en su intento por hacerse de dinero a pesar de que Vio, por ejemplo, trabaja en un súper.
Depende de la edad que tengas, cuando veas la peli probablemente recordarás la sensación de pensar que cuando se es muy joven, pensamos que somos invencibles, inmortales y que nada nos puede pasar pero a veces las cosas se tuercen y los sueños se truncan. Dan, es un artista, y expresa sus emociones a través de sus dibujos en papel o en las paredes a modo de grafitis, tiene un sueño y quiere irse a Berlín para aprender con los mejores.
Mario Casas además de dirigir “Mi soledad tiene alas», es el coguionista junto a Deborah François. A preguntas como ¿el cine gana un director y pierde un actor? Mario ha respondido que no, que seguirá actuando y que por supuesto le gustaría continuar con la dirección porque le ha hecho entender aún más el mundo del cine. Esta película ha sido producida por Adrián Guerra y Núria Valls, en la dirección de fotografía Edu Canet y en la dirección artística Núria Guardia.
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