‘María Callas, Sfogato’ llega al Teatro Amaya de Madrid

Elenco de María Callas, Sfogato

Alberto Frías (director), Anabel Maurin (Bruna), Natasha Belenova (piano), Mabel del Pozo (María 1º), Eva Marco (Callas) y Lola Baldrich (María 2º).

El Teatro Amaya de Madrid acoge hasta el 12 de octubre María Callas, Sfogato, una propuesta de ATG Entertainment que combina teatro y música en directo para explorar la vida de una de las figuras más icónicas del siglo XX.

Escrita por Pedro Víllora y dirigida por Alberto Frías, sitúa al espectador en una jornada muy concreta: el 16 de septiembre de 1977, el último día de vida de la famosa soprano americana de raíces griegas, que nos dejó a la edad de 53 años.

El montaje se articula en torno a una idea esencial: la dualidad de Callas. Por un lado, está la mujer de carne y hueso, interpretada por Mabel del Pozo (alternando con Lola Baldrich), que afronta la vulnerabilidad de su final y la intimidad de sus recuerdos. Por otro, la artista inmortal, encarnada en la voz en directo de la soprano Eva Marco, que pervive a través de su repertorio y de la huella imborrable que dejó en la historia de la ópera. De este modo, el espectáculo no solo ofrece un retrato biográfico, sino también una reflexión sobre la permanencia del arte frente a la fragilidad humana. Mientras María muere, Callas perdura.

La dramaturgia imagina una conversación íntima entre María y Bruna, su ama de llaves, interpretada con delicadeza por Anabel Maurin. Se trata de la persona que más cerca estuvo de su intimidad. A través del diálogo entre María y Bruna, se despliega un recorrido vital en el que afloran los grandes logros de la cantante, sus amores y desamores, así como las frustraciones que marcaron su existencia. La pieza sitúa al espectador frente a una María Callas acosada por la prensa y los admiradores. Aunque sobre Callas se han escrito libros, rodado películas y producido documentales, su figura sigue envuelta en un halo de misterio. Nunca dejó unas memorias, y la obra asume el desafío de recrear esa confesión final que nunca se escribió.

Mabel del Pozo fue la encargada de interpretar a María en el estreno. Mabel ofrece una interpretación conmovedora, llena de matices. Su María es una figura contradictoria: fuerte y frágil, orgullosa y a la vez devastada por sus pérdidas. Con una presencia escénica magnética, Mabel transmite la tensión entre la artista que todo lo dio por el arte y la mujer que lo perdió todo por amor. La sutileza con la que transita entre la nostalgia, la vulnerabilidad y la dignidad convierte su trabajo en uno de los pilares emocionales de la función.

El otro gran motor de la obra es la voz. Eva Marco encarna a la Callas cantante con una potencia lírica deslumbrante, vestida de la misma manera en la que la artista dio su último concierto. Sus interpretaciones de arias como Casta Diva o Vissi d’arte no solo exhiben una técnica impecable, sino que se integran orgánicamente en el relato, convirtiéndose en extensión del alma de la protagonista. Eva logra algo fundamental: que el público no sienta los momentos musicales como interludios, sino como confesiones íntimas, donde la música es la verdadera voz de Callas.

Montaje escénico de María Callas, Sfogato

El acompañamiento al piano de Natasha Belenova y la cuidada puesta en escena —con la iluminación de Enrique Toro, el vestuario de Sabina Atlanta, la escenografía de Juan Sebastián Domínguez y el sonido de Carlos Calvo— refuerzan el tono confesional del espectáculo. Todo está dispuesto para poner en primer plano la grandeza de la música y la humanidad de María.

En definitiva, María Callas, Sfogato es un homenaje delicado y sincero que logra capturar el contraste entre mito y mujer. La interpretación llena de verdad de Mabel del Pozo y la deslumbrante voz de Eva Marco hacen que el público salga con la sensación de haber estado, por un instante, frente a la mismísima divina.

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