KinkyBoots. El Musical.

Kinkyboots. El Musical. A día de hoy es el mejor musical que he visto, lo tiene todo. Unos protas de élite: Tiago Barbosa, Daniel Diges y Angy Fernández que como no, estuvieron impecables, con un nivel interpretativo y vocal que si dicen que la perfección no existe tendré que decir que la rozaron, junto con un elenco que quita «el sentío» . Hablan de respeto, de educación, de familia y sobre todo nos dan a todos una lección de igualdad, tolerancia y de luchar por los sueños que me dejó fascinada. Y es que KinkyBoots ha venido a romper moldes y a hacer que te pongas las botas en todos los sentidos y es que también habla de la aceptación y de los derechos LGTBIQ+.

«Kinky Boots ha ganado en la categoría de MEJOR MUSICAL en todos los grandes premios relacionados con el mundo del teatro incluyendo los Grammy, los Tony y los Olivier. Basado en hechos reales, este hit de la escena cuenta la historia de dos personas que no tienen nada en común… o eso creen. Charlie está luchando por mantener el negocio familiar, una fábrica de calzado. Lola es una artista con una idea salvajemente excitante. Con mucha empatía y comprensión mutua, esta peculiar pareja es capaz de abrazar sus diferencias y crear una fabulosa línea de stilettos como el mundo no ha visto nunca antes. Aunque realmente el mayor de los logros es su amistad.»

Esta es la sinopsis, pero os voy a contar que es lo que yo ví y que me perdonen el resto de la compañía porque no puedo dejar de pensar en él; vi rugir a Tiago Barbosa con más fuerza que nunca y para eso es una bestia, el rey (fue Simba durante 6 años en el Rey León) perdón la reina, Lola. Lola nos enseñó a aceptar a los demás como son y de esa manera a aceptarnos a nosotros mismos, tiene chispa, amor, don de gentes y ella en sí es el musical.

Le da ritmo a la vida, a una vida nada fácil que le ha tocado vivir, pero tiene tanta fuerza, ilusión y ganas que nos arrastra a tod@s; pocas veces ves a todo un elenco pasárselo tan bien a la vez que actúan y claro eso se trasmite hasta el punto que todos absolutamente todos acabamos bailando, cantando, aplaudiendo y eufóricos; familias enteras, éramos un público de lo más variopinto y eso es lo genial que esta maravilla llegue a todas las edades, fue maravilloso.
Porque amig@s, según dicen KinkyBoots ha venido a calzarse a todo Madrid (a mi me pueden calzar una y otra vez….) porque son capaces de cambiar un día gris, sacarte de la rutina, hacerte pensar, recapacitar y darte cuenta de las cosas importantes de la vida y sobre todo ese mensaje final que queda de tolerancia respeto y amor. Porque sí ,«hay que tener un par de botas para cambiar todo tu mundo» y ya que estáis el de todos…
No sé que más decir, que estoy maravillada, impresionada, que gracias por arriesgar LETS GO, Rimas, Espacio Ibercaja… por traer esta fantasía a Madrid, bueno si tengo una última pregunta….
Lola, ¿me prestas tus botas?